Miércoles de ceniza. Inicio de la Cuaresma

Miércoles de ceniza. Inicio de la Cuaresma

La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza este 14 de febrero de 2018 y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.

Las palabras que se pueden utilizar para la imposición de cenizas son:

«Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”
“Arrepiéntete y cree en el Evangelio”

Origen de la costumbre
Antiguamente los judíos acostumbraban a cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

En los primeros siglos de la Iglesia, las personas querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un “hábito penitencial”. Esto representaba su voluntad de convertirse.

En el año 384 d.C, la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.

Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el domingo de Ramos de año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.

También, fue usado el periodo de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.

La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo, nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.

Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos, los hombres.

Cuando un sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios, La ceniza se le impone a los niños y adultos.

El ayuno y la abstinencia
El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia.

La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberle ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

La oración
La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar mas cerca a Dios para poder cambiar lo que necesitamos cambiar de nuestro interior.

Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida, Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad.

El sacrificio
La cuaresma es un buen momento para hacer sacrificios, pequeños detalles que nos cuestan y podemos ofrecer a Dios. Al hacer sacrificios debemos hacerlos con alegría, ya que es por amor a Dios. Si no lo hacemos así perderemos la recompensa de la felicidad eterna. Dios es el que ve nuestro sacrificio desde el cielo y es el que nos va a recompensar.

Conclusión
La imposición de la ceniza es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección.

En estos momentos al reflexionar sobre nuestra vida, debemos convertirla de ahora en adelante en un seguimiento a Jesús, profundizando en su mensaje de amor y acercándonos en esta Cuaresma al Sacramento de la Reconciliación (también llamado Confesión), que como su nombre mismo nos dice, representa reconciliarnos con Dios y sin reconciliarnos con Dios y convertirnos internamente, no podremos seguirle adecuadamente.
Esta Reconciliación con Dios está integrada por el Arrepentimiento, la Confesión de nuestros pecados , la Penitencia y finalmente la Conversión.

Mossen Juan Antonio Romero M.

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